BCCCAP00000000000000000000949

Academia Mexicana de Literatura Moderna - Sociedad Académica de Historiadores Editorial Sagitario 326 Menores, y sus hijos sagrados, para despeda ar con ellas la forma de su vida Apostolica, y apartar de su seno esta ilustre generacion? Que venenos no ha derramado para que la observancia regular, enflaquecida, y contaminada de varias maneras, últimamente se venga a extinguir? 1031 Ahí lo tenemos, el Satanás quiere despedazar a los Frailes Menores porque son ellos quienes más pureza de estado alcanzan, porque son los que ―observan‖ los votos y se regalan a la mortificación. Los demonios le declaraban la guerra a San Francisco en Arezzo, provincia italiana, en el siglo XIII. Francisco logró expulsarlos pero sólo por un momento de la historia porque Boverio nos deja ver que la lucha es interminable, constante y tenaz contra los seguidores del Santo. Un ejemplo magnífico de esta intervención diabólica y mañosa en donde el objetivo es desintegrar esta ―nueva orden‖ que dará a luz a hombres cada día más cercanos a Dios es el relato que hace el autor sobre la primera salida de Fray Mateo de Boverio rumbo a Roma, en 1525. El Demonio sabiendo que de aceptarse esta reforma perdería gran parte de su grey, se convierte en una horrible serpiente que al paso del fraile sale con pretensión de amedrentarlo. Éste no da importancia al asunto y prosigue su camino. Frustrado, el ―enemigo de Dios‖ planea otra estrategia y ahora se vale de los frailes [no se dice de qué Orden] y de los habitantes de un pueblo. Persuade a los primeros de que se burlen de sus ropas y los desprecien, mientras que los habitantes del pueblo lo golpean ―con manos y palos‖ pues lo reputan por ladrón. Golpeado y adolorido, fray Mateo no se aparta de su meta y sigue su camino, llega a Roma y después de varios viajes y Bulas papales dictadas, de las que Boverio hace un minucioso análisis con una cronología muy exacta, finalmente la Orden es aceptada como legítima descendiente del Padre San Francisco. 1032 Pasan los años y la Orden comienza su expansión. En este escenario otra vez entra el ―eterno enemigo de Dios‖. La Congregación o, en palabras de Boverio, ―la Religión Capuchina‖ gozaba ya del agrado del Pontífice y era apoyada para comenzar a predicar en lugares inhóspitos. Sin embargo, ―el enemigo comun de los hombres, Principe miserable de las tinieblas, que tiene mil artes, y astucias para hacer daño, y estava velando entonces con mil ojos abiertos para ver por donde podia embestir a la Orden en medio de la paz‖ sembró cizaña entre las flores espirituales impulsando a los frailes a que persiguieran con ansia el martirio y la mortificación como el camino directo que los conduciría al cielo y a la perfección. Así muchos frailes perecieron y con esto el Demonio creyó haber terminado con la Orden. 1033 Sin embargo, el arte del ―Dragón infernal‖ no dio los resultados previstos pues los frailes descubrieron su engaño. Entonces ―previno otra astucia‖ que fue la de inducir a muchos frailes a que hicieran vida solitaria, que huyeran a los yermos y dejaran desamparados los monasterios en que habitaban con el engaño de que la imitación del Padre San Francisco sólo podía lograrse en la vida retirada y por este camino disponia el Demonio, que saliendose los Frayles a los desiertos, no hubiesse quien cuydasse al Coro, y cantasse en él alaban as divinas, quien predicasse, ni quien se diesse a los demas oficios de la caridad, que son propios de la institucion de los Frayles Menores, dexando assi la parte mejor, y mas principal de su profesión. 1034 Pero a imitación de San Francisco, los frailes capuchinos lograron expulsar estas ideas dictadas por el Demonio y lograron su expansión por Europa, África e incluso América. Las Segunda y Tercera parte de las Chronicas de los frailes Menores Capuchinos basan el discurso en la manera que en que la Orden logró su expansión por Europa y contiene el registro de las Bulas apostólicas y Provisiones Reales dadas a la Orden desde 1405. Es en el segundo volumen donde inician los relatos de vidas, milagros, éxtasis contemplativos y muertes sin putrefacción de una gran cantidad de capuchinos. Los santos frailes, días después de su muerte desprenden olor a rosas; otros más en el Coro alaban a Dios con tanta devoción que llegan al éxtasis de total comunicación con su creador; algunos más escuchan voces angelicales de predicciones para prevenir a los hermanos de la Orden. También se muestran vidas ejemplares de algunos ―varones‖ de la orden que, si bien no fueron bendecidos por Dios con detalles milagrosos, son admirados por su capacidad de austeridad, castidad y obediencia. Estos dos últimos tomos escritos por Boverio de Salucio incluyen nuevamente las travesías y los resquebrajos del Demonio durante todas las vidas de frailes ilustres que no cayeron en sus persuasiones y tentaciones pero el cronista hace una aclaración muy significativa: la intrusión del Demonio en las vidas y 1031 Ibíd. , p. 15 1032 Ibíd. , pp. 48-49 1033 Ibíd ., pp. 203-204 1034 Ibíd ., p. 204

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz