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Academia Mexicana de Literatura Moderna - Sociedad Académica de Historiadores Editorial Sagitario 316 ediciones españolas de clásicos latinos para estudiantes. Incluso el reinado de Carlos II se preocupó por una política oficial que favoreciera la industria del libro español para conseguir la evolución artística que habían adquirido los libros europeos. Así, la España del fraile Alamín mantiene una cultura del libro donde las prácticas de lectura no se restringían a lo que actualmente conocemos como lectura individual y silenciosa pues la lectura tiene también su historia que comprende los modos de leer en épocas y espacios diferentes. Se puede leer en grupos, el voz alta, en silencio, con gestos y modulación de la voz... de ahí que no es necesario que las ―comunidades de lectores‖ estén integradas por personas letradas 990 pues la lectura en voz alta ―no es un acto privado, la elección del material de lectura ha se ser socialmente aceptable tanto para el lector como para sus oyentes [quienes] enriquecen y también empobrecen el acto de la lectura.‖ 991 El mecenazgo fue el gran autor material de un libro acabado. Sabemos que las dedicatorias a los libros no solo españoles, sino europeos, tiene también un sentido político y pragmático en donde pocos son los autores, como en los casos de Cervantes, Tirso de Molina o Lope de Vega, que escriben independientemente. pues la gran mayoría de los escritores se encuentran envueltos ―de la generosa protección de los poderosos, que les tomaron a su servicio o cuando menos costaron la impresión de los libros que les dedicaban‖. 992 De ahí que no sea asombroso que un capuchino como Alamín que predica en una orden ―de la más estricta observancia en pobreza, castidad y obediencia‖ fuera capaz de escribir y reeditar sus obras durante más de una década. Recordemos que el gran legado del Cardenal Cisneros fue apoyar las reformas eclesiásticas y, como veremos en el capítulo siguiente, la Orden de los Frailes Menores Capuchinos fue uno de estos focos reformados al gusto del cardenal y de los proyectos reunificadores de la Iglesia Católica en aquellos tiempos de desolación. En este ambiente de producción y circulación de libros en España aparece un grupo fundamental que, desde mi punto de vista, es esencial para entender lo escrito por Alamín. Este grupo fueron llamados los ―novatores‖ quienes aparecen en escena en los últimos años del siglo XVII y la primera década del siglo XVIII como ejemplo de la transición entre las producciones librescas barrocas y las ilustradas en España. El término de ―novatores‖ apareció por primera vez en la obra del fraile Francisco Palanco 993 con un carácter peyorativo en donde se juzgan los textos del grupo como peligrosos para la fe. ¿Qué escribieron estos hombres? Los novatores se dedicaron a proclamar una ruptura seria entre ―las posiciones tradicionales de orden escolástico y aristotélico, para aferrarse a una disposición mental en que se parte de un pensamiento moderno con carácter científico.‖ 994 Se les acusó de soberbios por tratar de medir el mundo con su mente y no con la medida de todas las cosas que es Dios pero también de herejes puesto que dicha actitud es un sacrilegio. Se les comparó con Descartes, aludiendo a un ―cartesianismo español‖ del que no eran partidarios, incluso discutían muchas de las teorías del científico. En este sentido son un elemento importante para entender al Barroco decadente o a la ―primera crisis de la conciencia española‖. Este reducido grupo intelectual comparado con el gran grupo de los ―ortodoxos‖ de la época fue creciendo y su influencia empapó toda la península cuando a finales del siglo XVII y los primeros años del XVIII las Universidades españolas se rehabilitaron de una caída académica durante casi todo el siglo XVII debido a que el analfabetismo en España creció y las cátedras que se impartían estaban basadas en las teorías tradicionalistas de la época. El cambio principal en las universidades se generó gracias a la gran ayuda de la corte española de Carlos II [1677-1679], quien mantenía una afición ardua a los aspectos renovadores de la ciencia y compartiendo el gusto con Juan José de Austria, hijo bastardo de Felipe IV. Sus funciones de mecenazgo ayudaron a que estos ―novatores‖ tuvieran la posibilidad de transmitir su conocimiento no sólo en la Corte sino que se les abrieron algunas puertas en el ambiente universitario. 995 Es entonces la obra de fray Felix de Alamín un ataque contra estas nuevas formas de pensar que hacían peligrar la fe de la Iglesia católica, de ahí la existencia de verdaderos tratados teológicos basados en las teorías de los patrísticos y escolásticos con el objeto de regenerar, si aún se podía, la conciencia religiosa que se iba perdiendo en la época con ideas muy medievales insertadas en un contexto político y económico que ya tiene pocas reminiscencias de ese tipo. Uno de los personajes preferidos para este fin fue el demonio. 990 CHARTIER, Roger, El orden de los libros. Lecturas, autores, bibliotecas en Europa entre los siglos XVI y XVIII, Barcelona, Gedisa, 2000. pp.23-40 991 MANGUEL, Alberto, Una historia de la lectura, México, Norma, 1999, pp. 167-168 992 SIMON Días, José, ―El libro en Madrid durante el Siglo de Oro‖ en Mundo del libro antiguo, Op. Cit. P. 52 993 Religioso de la Orden de los Mínimos quien en su obra Dialogus prhysico-theologicus contra phylosophiae novatores utiliza por primera vez el término para designar a este grupo de intelectuales en 1714, mismo año en que se publica la segunda edición del libro Falacias del demonio. 994 J. L. Abellan, Op. Cit., p. 342 995 Ibíd. , pp. 342-371

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