BCCCAP00000000000000000000949
Academia Mexicana de Literatura Moderna - Sociedad Académica de Historiadores Editorial Sagitario 312 Este también es el momento de las ―Relaciones‖, los ―Avisos‖ y las ―Gazetas‖ en donde el Estado estimula la creación de una prensa dirigida en contra de la ―opinión‖ pues ésta es ―el parecer de las masas‖ y por lo tanto ―hay que procurar encauzarla con artificios‖, dice Maravall, 969 porque ―el Barroco es una glorificación de los poderes establecidos. Es el arte de los regímenes autoritarios que impone al espectador maravillado y lo transporta fuera de sí, para que se olvide de dudar y preguntar.‖ 970 Queda claro, entonces, que a primera vista, la producción cultural del XVI y XVII se presenta como ―novedosa‖, rompiendo con los esquemas clásicos, con las dimensiones apropiadas, y con los escritos tradicionales, sin embargo, con lo expuesto anteriormente –y con la relación que tenemos actualmente con los manejos políticos de la manipulación mediante los medios de información- podemos entender que esta sociedad no innova porque la novedad es cambio y el cambio en este contexto español es peligroso: ―por eso el Barroco, para ser conservador, se declara muchas veces innovador [...] la irrupción de extravagancias en poesía, en literatura, en arte, etc., compensa de la privación de novedad en otras partes [pues] al dejar a la masa sin instancia objetiva a la cual atenerse y entregada a ese más aparente que efectivo subjetivismo del llamado gusto libre, lo que en realidad se hacía era dejarla sin defensas frente al dominio de la acción configuradora que sobre ella pudieran ejercer los recursos manejados por el poder.‖ 971 Así, lo que las producciones barrocas persiguen detrás de aspectos superficialmente nuevos es la reproducción continua del mantenimiento del sistema político y la sumisión masiva mediante distractores sociales asumidos por las masas como posiciones individuales liberadoras del yugo absolutista, esquema político que se extenderá hasta los primeros años del siglo XVIII como un último intento de autoconservación.... ¿alguna novedad hasta nuestros días? Las excentricidades místicas y la necesidad regenerativa en la “Edad de Oro” 972 La Iglesia Católica, Apostólica y Romana siempre ha caminado de la mano con los Estados que la protegen –incluso ella misma protege Estados dado su poder- mientras que con los infieles no católicos ha sido testigo, juez y verdugo. Los siglos XVII y XVIII no son la excepción y mucho menos en la ―Hispania‖ fundada con la unión de los Reyes Católicos. Así, a la par con los gobiernos absolutistas españoles, la Iglesia debía conservar e incluso llevar a la conversión a millones de almas que se había perdido desde el siglo XIV. La reforma luterana de 1517 no es un parteagüas insólito en la historia de la Iglesia sino la suma de muchos movimientos que desde el Gran Cisma (1378-1417) –e incluso desde siglos atrás con movimientos como el de los cátaros, los valdenses y otros menos conocidos- venían gestándose en contra de las imposiciones eclesiásticas y las contradicciones entre el discurso y el hecho. La popularidad de la reforma luterana se debe al contexto social europeo en que se dio: Lutero vivió en una Europa atemorizada completamente por el fin del mundo. Marcel Bataillon afirma que en España más que hablar de la influencia de Lutero, se deben estudiar los antecedentes reformistas que llevó a cabo el Cardenal Jiménez de Cisneros, ―confesor de la reina Isabel desde 1492, casi inmediatamente después provincial de los franciscanos de Castilla, Arzobispo de Toledo y Primado de las Españas desde 1495, Inquisidor General desde 1507, regente del reino en dos ocasiones‖, 973 quien inició en el siglo XVI un movimiento que buscaba el retorno a las disciplinas y la observancia de los votos dentro de una Iglesia corrompida por sacerdotes concubinarios, clérigos carentes de castidad, obediencia y pobreza, frailes al servicio de familias adineradas, diferencias y riñas entre órdenes religiosas e incluso dentro de una misma orden. Este cardenal, con su espíritu reformador, fundó la Universidad de Alcalá como un instrumento para que los religiosos recibieran una enseñanza eclesiástica fundamentada principalmente en estudios de Teología que les ofreciera las bases espirituales para llevar el dogma a su estricta observancia. 974 Así, la reforma luterana llegó a una España ya reformada por Cisneros, impidiendo que dicho movimiento avasallador en gran parte de Europa, golpeara con tanta fuerza a la Iglesia española. Sin embargo, la Iglesia de Roma tenía miedo, perdió grandes privilegios y feligreses durante el siglo XVI. Además, el siglo XVII estuvo plagado de pestes, lo que generó que el miedo de la Iglesia por la pérdida de sus ―territorios divinos‖ empatara con los miedos de la gente común que no veía frente sí más que hambre y muerte. 969 Ibíd., p. 219-220 970 Ibíd ., p. 301 Palabras de Joyce G. Simpson en su obra Le Tasse el tal littrérature el l’art baroques en France, París, 1692 citadas por Maravall. 971 Ibíd., pp. 291 y 293 972 El concepto de la ―Edad de Oro‖ lo aplica Melquíades Andrés como se apuntó en la introducción. 973 BATAILLON, Marcel, Erasmo y España , México, FCE, 1996, p. 1 974 Ibíd ., pp. 10-22
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz