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Enciclopedia del Trabajo Historiográfico Iberoamericano Tomo I Editorial Sagitario 309 CAPÍTULO PRIMERO FRAY FÉLIX DE ALAMÍN Y LA ESPAÑA EN QUE VIVIÓ Un recuento Las Falacias del demonio es una obra producto de la época de cambios, que vivió España y el resto de Europa. Así, una revisión de la sociedad barroca desde un punto de vista global nos encaminará para entender el sentido y la intención de su autor Fray Félix de Alamín de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos. Elliott en su obra España y su mundo 1500-1700 afirma que ―el siglo XVII fue económicamente la edad del hierro, pero culturalmente fue una edad de oro‖ 951 no sólo para España sino como una circunstancia de Europa en general. El significado del enunciado es claro: mientras se vivía una decadencia económica, la cultura se convirtió en la válvula de escape de todas las preocupaciones y miedos de la sociedad manierista [1570-1610], barroca [1610-1630], barroquista [1630-1670] 952 y de transición a las ideas ilustradas [fines del XVII y primera parte del siglo XVIII]. 953 España, como sabemos, siempre fue una sociedad dividida, sin una cohesión política fuerte entre sus reinos. Castilla había sido la ―verdadera descubridora de América‖ pues después de la Reconquista, este reino se consolidó como el corazón económico de todas las posesiones españolas. Los Reyes Católicos lograron consolidar la ―Hispania‖ a base de guerras y cruzadas. Sin embargo, la expulsión de los judíos contribuyó a los inicios de un descenso económico que siglos después acabaría con el imperio que se estaba gestando. Carlos I de España y V de Alemania heredó, al morir su abuelo paterno Fernando el Católico [1516] y su abuelo materno Maximiliano I, el ―Imperio donde nunca se ponía el Sol‖: España, los Países Bajos, Alemania, Sicilia, Cerdeña, Nápoles y las tierras descubiertas en América. Así, el imperialismo español parecía no tener límites en sus anhelos de conquista y expansión de la fe. Felipe II, hijo de Carlos I, intentó continuar con esta política conquistadora admirando el gran legado político que le había dejado su padre en sus ―instrucciones confidenciales‖. Sin embargo, Felipe II, idealizando este modelo, se hizo ―extraordinariamente consciente de sus limitaciones‖ con un sentimiento de incapacidad que llevo al Imperio Español a algunos resquebrajos en su economía. Envuelto en guerras territoriales, conquistas, reconquistas y rivalidades aristocráticas, Felipe II, ―el rey prudente‖, procuró también terminar con la autonomía de los diferentes Estados de sus dominios como un intento por ―castellanizar su monarquía‖. A pesar de las pérdidas económicas que aún no daban claramente un sentido de decadencia 954 , el reinado de Felipe II fue de gran esplendor político y el inicio de las grandes construcciones suntuosas como El Escorial –mausoleo, monasterio y residencia real-, construido de 1563 a 1584, donde el rey ―pudo retirarse de las miradas de la gente y dedicar sus horas libres a su biblioteca y a sus cuadros. Era un gran entendido y un generoso mecenas‖. 955 Felipe II muere en 1586 heredando a su hijo Felipe III, ―un muchacho pálido y anónimo cuya única virtud parecía residir en su total ausencia de vicios‖, 956 el Imperio que, tras ya casi un siglo de acumular problemas económicos no solucionados desde su raíz sino con ―parches económicos‖ producidos desde las colonias americanas, comenzó a dar muestras de lo que se llamado ―la decadencia española‖, términos utilizados incluso desde 1600 por el arbitrista español González de Cellorigo. 957 España fue vista como ―el gigante de los pies de barro‖ pues en la década de 1590 el rey gobernaba un Imperio donde ―los productos españoles no eran apreciados en América y los productos que América necesitaba no los producía España‖, 958 además de la crisis agrícola que tuvo lugar en Castilla debido a la falta de mano de obra con lo que el imperio 951 ELLIOTT, J. H., España y su mundo 1500-1700, Madrid, Alianza, 1990, p. 259 952 Los términos los desarrolla José Luis Abellan en donde el Manierismo sería una forma pre-barroca sobre todo en los aspectos ornamentales, el Barroco propiamente dicho se inspira en el movimiento de la Contrarreforma y los modos estilísticos se alejan bastante de los renacentista y el Barroquismo que ostenta las tendencias del churriguerismo y el Rococó en donde las formas estéticas ―caen en lo cursi‖. J. L. Abellán, Op. Cit ., pp. 50-51 953 M. Andrés, Op. Cit . pp.445-474 954 Una causa importante de estas pérdidas fueron las guerras contra Inglaterra donde el Felipe II decidió formar la famosa ―Armada Invencible‖. Esta guerra fue heredada a Felipe III quien fue derrotado por la tropa marítima de Isabel de Inglaterra en 1588. 955 ELLIOTT, J. H., La España Imperial 1469-1716 , Barcelona, Vicens-vives, 1972, pp. 269-290. 956 Ibíd., p. 327 957 J. H. Elliott , Op. Cit ., 1990, p. 232 958 J. H. Elliott, Op. Cit. , 1972, p. 318
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