BCCCAP00000000000000000000946

75 arrojarán en una sepultura, y allí cubierto quedaré con una losa reducido a tal estado, que no se hará ya más cuenta de mí, ni se hablará más de mí, como si nunca hubiera nacido en el mundo, quedando mi cuerpo pálido, horrible, hediondo, hecho un manantial de podre, que será pasto de gusanos. ¿Qué dices a esto, alma mía? ¡En qué acaba esta frágil carne, a la cual tantas consideraciones se tienen para no hacerla ni dejarla padecer! ¿En esto acaba y así termina todo aquello que más se ama en el mundo sin poder llevarse consigo cosa alguna? Sí; y siendo así, ¡qué locura es poner afición a las cosas del mundo y vivir con el corazón tan apegado a la tierra! Examina.a qué cosas eres más aficionado, y acos– túmbrate a mirarlas, ahora que tienes salud, con ojos de moribundo: esto es, como vanidades despreciables indignas de tu amor. ¡Oh Dios y Señor mío! Ayudadme a apartar mi corazón con mérito de todo aquello que una vez deberé renunciar por fuerza. Ayudadme a vivir ahora con actos de virtud, desprendido de todo, lo mismo que si actualmente fuese muerto. PUNTO II Con la muerte se acaba también para ti et tiempo, de tal manera, que no podrás ya llevar a cabo designio alguno ni poner en práctica ninguna idea de las que ahora bullen en tu fantasía. Tantos buenos pensamien– tos y propósitos que ahora tienes, son semilla de eterna gloria si los pones por obra; mas en el momento ex– tremo no te servirán de cosa alguna. Entonces no

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz