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brnba nuestro Padre .san Francisco sacar tan santos pen– samientos y buenas inspiraciones de todo cuanto se le representaba en esta vida mortal. Si las criaturas, pues, sólo son medios, debo guardarme de poner en ellas mi fin, y estar atento para valerme de ellas sólo en orden al fin, por el cual me son concedidas, que es servir a Dios. Sanos me fueron dados los sentidos del cuerpo, sanas las potencias del alma, sólo a este fin y 110 con otro objeto. Por esto se me mantiene la vida, y sólo por esto debo y quiero morir. En las ocasiones que se me presentarán de mirar obje– tos ilícitos, de entretenerme en discursos ociosos, etc., diré a mí mismo: que no me fueron dado.s los ojos para esto; como tampoco la lengua, ni las manos. Si como, si bebo, si duermo, no es por comer, por beber, ni por dormir; sino por obedecer a Dio~ que así lo tiene dis– puesto, y así lo quiere. Toda mi perfección consiste en esto; y si a esto no camino, en vano he venido o ocu– par el puesto en una Religión tan santa, y donde se hace tan particular profesión de santidad. Encended, mi Dios, en este corazón de hielo un ver~ dadero deseo de aquella perfección que Vos queréis de mí. Perdonad mis descuidos: yo quisiera no haber te• nido ojos, ni oídos, ni lengua, ni corazón, ni ingenio, habiéndome servido tan mal de ellos, alejándome de Vos, cuando no debía valerme de ellos sino para estre– charme más amorosamente con Vos: y de aquí en ade– lante tomo para mí las palabras que Vos dijisteis a Abraham: Camina en mi presencia y sé perfecto (1). (I) Ambula coram me, et esto perfectus. (Gen. I7-r).