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41 hecho y hacéis para salvarme, y que cuidando yo tan poco de este fin, indirectamente trabajo para conde– narme. Si por mi desgracia fuere al infierno, ¡cuál será mi amargura al acordarme que tenía tantos medios y auxilios para llegar al paraíso! Tantos Sacramentos, tantos libros espirituales, tan– tas oraciones, ayunos, penitencias y tantas otras accio– nes y mortificaciones de la vida religiosa no son otra cosa que medios eficaces para conseguir mi último fin, Por esto al hacer la Profesión me fué dicho: Si tu ob– servares estas cosas, jjo, de parte de Dios, te pro– meto la vlda eterna. ¿Pero las he observado estas cosas? ¿Cómo he cumplido mis votos, mis constitu– ciones y demás leyes de la Iglesia y de la Orden? ¿cómo he hecho oración? ¿cómo me he llegado a .los Sacramentos? Señor, confieso mi culpa, que por sola mi malicia he abusado de todo: y todo no me ha servido casi de nada, mientras que cada día me hago más tibio. Mucho me pesa y propongo desde ahora en adelante insistir en la observancia de todas mis obligaciones, cumpliendo con puntualidad y pureza de espíritu tos ejercicios, aun los más menudos y ordinarios, de la vida común. PUNTO 11 Todas las criaturas no son otra cosa para mí, sino medios de los cuales debo servirme para alabar y glo– rificar a Dios, ayudándome y convidándome todas con su lenguaje más o menos inteligible, a conocer y amar la divina e infinita Bondad. De esta suerte acostum-

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