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35 ranza de gozarle eternamente. Y advierte que de la memoria de esto depende toda perfección; así como por el contrario, del olvido de. este fin provienen toda suerte de imperfecciones. Servir utticamente a Dios quiere decir obrar sólo por él, con la mira puesta en su santísima gloria. De donde examina lo segundo, cómo te acuerdas entre día de tu .Dios. En las acciones aun indiferentes, si le enderezas la intención, como enseña san Pablo, que debe hacerse en el comer, en el beber, en et dormir, y en toda otra lo que piensan, lo que dicen y lo que hacen, aplicándose mo– desta,mente aquello del Génesis : Veía (Dios) todo lo que iba haciendo y lo en,contraba muy bueno; de la misma ma– nera se encuentran muchos de condición diametral.mente opuesta (personas melancólicas por temperamento o cnfer~ medad) las cuales se muestran recelosas de sí mismas y de los demás, desconfiadas, pesimistas, descontentadizas •Y siem– pre ele cabeza metidas en su tnegro interior, con una terque– dad que. sólo puede vencer un milagro de la divina gracia. Ambas cosas son extremos viciosos de una naturaleza. des– ordenada, y por esto resultan igualmente defectuosas; ·pero no es idéntico el uso que unos. ;y otros han de hacer de los exámeí1es de conciencia. Para los primeros, la repetición de estos exámeines será medicina celestial, mas para los otros es veneno o cosa parecida. Entra, pueS', en las leyes de la más . elemental prudencia y discreción de espíritu no aconsejar indistintamente a todos una práctica que de ordinario es tan provechosa para los primeros como perjudicial para los de– más". Aquí transcribimos al ,pie de !la letra esta nota que pusimos ,en tnuestra obra, San Francisco de Sales (L., 15,; X), a fin die que sirva de pauta en todo lo que se refiere al uso que cada uno de nosotros ha de hacer de los exámenes de conciencia: que son tan frecue111tes en ,esta obra; y tan menu– da111ente ponen ante los ojos del Religioso todos los defectos en que puede incurrir. Para mayor acierto, cada ,cual procure tomar consejo de un director celoso, y prudente.