BCCCAP00000000000000000000946
tarme necesario en nada para su gloria. El puede hacer sin mí todas las cosas, lo mismo que si yo no fuese; y sin mí hará sin duda todo aquello que tiene determinado hácer. El puede servirse del más mise– rable de todos los· hombres para el más magnífico de sus designios. Así como Dios ha obrado sin mi con– curso por tantos millares de años, antes que yo fuese en el mundo; y así también como seguirá haciendo todo lo que le plazca después que yo habré muerto; así puede hacer igualmente ahora sin mí. · No basta predicar, porque atendido mi ministerio sea voluntad de Dios que yo predique; sino que debo también predicar de la manera que Dios quiere; esto es, sin vanidad, con aquella expresión que usaron los Profetas .y los Apóstoles. Debo además de esto pre• dicar solamente en el lugar y tiempo que quiere Dios: conviene a saber, dónde y cuándo me mandará la obe– diencia, sin que yo lo procure ni me entrometa en ello. Yo hallo que los santos estudiaban menos que nos– otros y con todo predicaban mejor; nosotros estu– diamos mucho más, y hacemos menos oración: por esto es de poco provecho y poca gloria de Dios nues– tra predicación (1 ), (I) Para apreciar en stt verdadero y justo sentido lo que acaba de decir el Autor, recuérdese la última advertencia que en forma de 111ota pusimos .en la Má:i.:i1na sobre hac.erse hombre de oración. Consideramos en general fonestísimo, por ser diametralmente opuesto al espíritu religioso, todo aquello que tiende a establecer antagonismos entre dos cosas que han de formar cor 1mum et ani111(1J 111ia,, la oración y el trabajo, Esto que ha de entenderse de todo gé1nero ele trabajo en sus relaciones con la oración, debe muy singularmente
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz