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CONSIDERACIONES PARA EL DI.A, SIGUIENTE A LOS E:JERCICIOS Sobre la fidelidad en' mantener el fruto de los Eje11cicios. PUNTO l Concluido ya el tiempo de los santos Ejercicios, procura traer a la mente, así en general, todas las buenas y generosas resoluciones que has hecho en el tiempo de este santo retiro, y considera a quién las has hecho. ¿A quién? A Dios. Y si la palabra que hon– radamente damos a un hombre, nos pone en el empeño de mantenerla, ¿qué deberá decirse de la palabra que dimos a Dios? La bienaventurada Virgen, nuestro Padre san Francisco, tu Angel custodio, y toda la corte celestial fueron testigos de las disposiciones de tu corazón, cuando postrado a los pies de Jesucristo, y renovado en el fervor, se consagró al divino ser– vicio: ¡Oh, qué fiestas de alegría! ¡Oh, qué alabanzas

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