BCCCAP00000000000000000000946

21 del cielo la gracia·de hacer con aprovechamiento estos Ejercicios. Segunda: Desconfía totalmente de ti mismo y pon toda .la confianza en la ayuda de Dios, porque el. alma que presume de sí será abandonada; y por lo mismo aquélla que con humildad se vaciare de sí propia estará en disposición de llenarse del espíritu de Dios. Tercera: En ese tiempo entrégate prudentemente a la soledad cuanto fuere posible y busca con todas tus fuerzas el perfecto recogimiento: recogimiento ma· terial apartándote de toda vana conversación, y reco· gimiento espiritual privando al alma de pensar en cosas temporales e impertinentes a fin de atender tan sólo a las eternas. Dos veces se lee en la Sagrada Es– critura haber descendido visiblemente del cielo el Espí• ritu Santo: la una sobre Jesucristo en la soledad del desierto y la otra sobre los Apóstoles en la soledad del Cenáculo; ensefianza grande para nosotros de que es en la soledad donde Dios se comunica más y mejor al alma fiel. Cuarta: Porque el demo.nio no duerme ni deja de infundir en ese tiempo tedios, repugnanciás y melanco– lías, singularmente a los que en lo pasado fueron muy poco amigos de silencio y recogimiento, es menester que te aparejes a las tentaciones, que estés resuelto a padecerlas con humildad y resistirlas con perseveran– cia, reputándote indigno de tratar familiarmente con Dios; y, esclavo de la fidelidad que le debes, no omitas cosa alguna de aquello que está prescrito para cada día. Haciéndolo así, presto o tarde. hallarás con inde• cible contento tuyo que es suave el yugo del Sefior.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz