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r86 II.-Sobre el segundo: no mezclarse en las disposi– ciones de los novicios que se reciben en nuestra Reli– gión. No tener largas conversaciones con los novicios que no han cumplido el cuarto año de Religión, no entrar en su celda, ni permitir que ellos entren en la nuestra, sin licencia especial .. , En tocio aquello que pertenece a nuestro vestido, 12n el hábito, en el manto, en la cuerda, en las suelas, huir siempre de toda curio– sidad y singularidad... Contentarse con un pobre jergón, abstenerse de todo lo superfluo ... Usar de las cosas terrenas con gran moderación, y reputarse ricos con la santa pobreza. III. -Sobre el tercero: habiendo oído la primera señal de la campana, acudir con presteza al coro a preparar la mente al Señor... En el coro con devoción, composi– ción, mortificación, quietud y silencio, pensar que se está delante de Dios... Cantar el Oficio divino con devoción, atención y gravedad, y hacerlo más con el corazón que con la boca... Celebrar la Santa Misa puesta la mira en la honra de Dios, con puro corazón, reverencia, fe y devoción; y prepararse para esto, cuanto lo sufre nuestra fragilidad ... Tener suma reveª rencia al Santísimo Sacramento, visitarlo frecuente– mente y estar delante como en el cielo. Recibir con frecuencia y devotamente, la Sagrada Comunión, .. Poner empefío en oír cada día Misa conventual, asis– tiendo con suma reverencia, y ofreciendo a Dios con el Sacerdote aquel gratísimo Sacrificio... Hacer la oración mental, esforzándose en no faltar jamás a las dos horas que tienen señaladas la Comunidad ... Enco– mendar a Dios el Sumo Pontífice, tos Cardenales, los