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nuestras Constituciones, bueno es recordarlas con algu– na mayor atención, sobre todo en tiempo de ejercicios, para enfervorizarnos más en su exacto cumplimiento. Y siendo así, que en las Constituciones hay cosas que pertenecen a personas particulares, en orden al propio oficio, para la uniformidad del gobierno, y otras que indiferentemente pertenecen a todos, para su privada observancia: sobre éstas, así como es en común la obligación, te recomiendo el examen y te propongo abreviadamente un extracto, el cual debes considerar, y aplicar todo a ti mismo, además de 10 que puede per- . tenecerte en virtud de tu oficio. I.-Examfnate, pues, sobre el primer capítulo de las Constituciones, en las cuales se encomienda tener delante de los ojos de la mente el Santo Evangelio, la Regla, el Testamento, y la vida de nuestro Seráfico Padre san Francisco. En la mesa no sólo cuidar del alimento del cuerpo, sino mucho más del espíritu, aten– diendo a la lectura ... Cada viernes, que se lea la Regla distintamente, con debida reverencia y devoción, para que impresa en nuestra mente, mejor pueda guar– darse ... No servirse de privilegios, o doctrinas, que relajan la pureza de la Regla, habiendo la Religión renunciado tales privilegios... ubedecer al Sumo Pontífice con toda humildad y sujeción ... Considerar a Dios en todo sacerdote y tenerles la debida reveren– ciá ... Acordarse que siendo nosotros frailes menores, debernos reputamos inferiores a todos ... Sabiendo que cuanto la persona, a la cual se obedece por amor de Jesucristo, es más vil, tanto la obediencia es más glo· riosa, y a Dios más agradable.

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