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178 MEDITACION III Sobre la Pasión de Jesucristo en los tribunales. PUNTO I Después de haber sido preso por sus enemigos, pasó Jesucristo toda aquella noche encadenado, sirviendo de ludibrio a su insolencia, En casa de Anás se le trata de temerario, y en presencia de todos se le da una ho– rrible bofetada. En casa de Caifás mil acusaciones contra El, todas falsas, y todas recibidas por verda– deras. Celébrase Concilio, y con todos los votos, sin haber uno en favor, es juzgado reo de muerte. En casa de Pilato sirve de juego y entretenimiento a la más vil canalla. Escúpenle en la cara, arráncan!e los cabellos, danle puntapiés y puñetazos, y lo lanzan de un lado a otro como pelota y afrentosamente le injurian con im· properios, como engañador y /perturbador del pueblo. Y en medio de tantos ultrajes, ¿cuáles son sus pEmsa • mientos? No se turba, no se inquieta de cosa alguna. Ruega por todos aquellos que le calumnian y que le ofenden. En calidad de pecador. se humilla con exce– sivo amor a su mismo desprecio. Adora la Justicia de Dios en la injusticia de los hombres y, sacrificando su reputación al Eterno Padre, humilde y con manse– dumbre protesta de sufrir por su gloria todas aquellas deshonras y escarnios. Confúndete en vista de la humildad y paciencia de Jesucristo, viéndote tan soberbio e impaciente. ¡Oh, 1