BCCCAP00000000000000000000946

paso que todo un Dios tanto desea unirse contigo, tú tan poco deseas unirte con El, antes bien te opones a sus designios amorosos de realizar su perfecta unión contigo? No puede Jesucristo unirse a ti, si tú también no procuras unirte a El; y es imposible que se haga esta unión mutua entre Jesucristo y tu alma, mientras tienes tanto apego a las criaturas y a ti mismo. Resuél– vete, pues, a abandonarlo todo, y pidiendo perdón al Señor de tu ingratitud, con la cual has impedido y contristado su amor, dedícate absolutamente a El. ¡Oh, Señor mío Jesucristo! Yo me ofrezco, me doy, y consagro a Vos, enteramente. ¡Oh, cuán grandes son las misericordias que usáis conmigo! ¡Quién soy yo, que así os dignáis agradecer el sacrificio de mi corazón! Ya, pues, que Vos, Señor, os contentáis con él, yo os lo ofrezco: quisiera que fuese un corazón grande y generoso, semejante al vuestro; pero con todo, recibidlo pequeño y miserable, tal cual es. Corazón mio, en adelante ya no serás mío, sino de Jesús: todo suyo enteramente, y para siempre. EXAMEN PRACTICO Sobre la regular observancia. Así como los consejos de Jesucristo ayudan a la observanc;ia de sus preceptos, así también sirven nues· tras Constituciones para que mejor observemos nues• tros votos; y sen el verdadero medio que Dios ha querido dejarnos, para llegar a la perfección de nuestro estado. Aunque no obligan bajo pecado, rara vez, con

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz