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144 gioso: y es el más grato que pueda hacerse a Dios, porque si bien con la pobreza se le ofrecen los bienes del mundo, y con la castidad los placeres del cuerpo, con la obediencia se le ofrece la libertad, que es la más noble y preciosa porción del hombre. Examínate, lo primero, cómo te portas en la obser– vancia de este voto. Si rehusas obedecer cualquiera orden de los Superiores.,. Si obedeces de mala gana y como por fuerza, rezongando y lamentándote de las cosas que se te mandan contrarias a tu gusto ..• Si respondes a los Superiores con arrogancia y poco respeto ... Si hablas mal de ellos en su ausencia ... Si murmuras de ellos ... Si los desacreditas entre los seglares, descubriendo algún defecto suyo... Si te has valido de los seglares para obtener de los Superiores alguna obediencia, utilizando este medio para obligar a los mismos Superiores a que se te conceda lo que de otra manera te sería negado... Acuérdate en esto de la maldición de Dios, intimada por el Profeta Isaias: ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda!(l). Si das a los mismos Superiores ocasión de contristarse, viéndote caprichoso y duro de cabeza ... Si te excusas de la obediencia sin justo motivo ... En el tribuna! de Dios te será demandada una estrechísima cuenta, si fueres culpable, de todas las desobediencias embozadas con la capa o de la necesidad o de la voluntad de los Superiores, interpretada torcidamente ... de todos los permisos extorsionados con ficciones, mentiras, enga– ños ... de todas tas adulaciones, insinuaciones, oficiosi· (r) V re qui descend11nt in /Egyptum ad au.-1:iliu-m (Isai., 3r-r).