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' tan cautos y vigilantes, que nunca se pudo formar de ellos la más mínima sospecha. ¿Y tú? ... Llegó a tener entre sus discípulos quien !o entregó, lo negó, lo abandonó; pero de ningún modo consintió tener uno solo con hedor de impureza. Dejó que fuesen notados de intemperantes, supersticiosos, infractores de las tradiciones, profanadores de las fiestas; pero jamás permitió que se les tiznara de deshonestos, para enseñarnos cuánto abomina este vicio y cuánto desdice del Religioso. PRACTICA De sentimientos. Para el día quinto La vida de Jesucristo es un modelo de altísima santi· dad; si tengo, por tanto, de imitarla como a ello estoy obligado, es necesario que Vos, ¡oh Dios mío!, me deis la mano; porque yo siento dentro de mí una actual impotencia, para hacer cosa buena sin vuestra gracia. No desconfío de llegar al grado de santidad que mi vocación requiere; mas para obtener esta gracia de Dios, necesario es que persevere en rogarle. Esto, pues, 1.e pediré a Dios, y sobre ello insistiré mientras viva. Es de tanta monta lo que deseo y espero, que por ello será siempre bien empleado cualquier trabajo mío. El objeto de mis ordinarias meditaciones será la vida deJesucristo, como que ella debe ser la norma y regla de la mía, y en ésta hallaré siempre todo lo que puedo ne– cesitar para santificarme, y aprovechar en toda virtud.

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