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que nos ,f,one 1a necesiJad o la caridad, no· hay mejor medio {,ara recuperarlo que hacer ejercicios espirituales. Ved uno de esos relojes que no están siemf,re c1e– rrados; por bueno que sea necesita cuerda dos veces al dia; y además desmontar cada año todas sus piezas ,f,ara limpiarlo del {>a7'vo que se adhiere e impide la agilidad de las ruedas. Tal' es un capuchino: por su condici1'ón. no puede estar sÍémpre en el claustro o totalmente separado de7' mundo; y aunque se re– fuerce con}a oración dos veces al día, debe con todo eso renovar anualmente su espíritu y sacudir] e la f,olvoreda mundana que más o m,enos se le pega insensiblemente. Y cuando no por otra cosa, debería retirarse cuida;,do por su ete1·na salvación para ver si hace en la refig1ión lo que debe y en la {01·ma cOnveniente. S.i cum{>le sus de,beres, más por respetos humanos; o si no los cumple como debiera f.,orque fa1'ta el f ervol' y f.¡,enetra la t1ibieza {.,ara enflaquecer . el espíritu. Recibid, por tanto, este método de espirituales ejercicios,· y si alguna vez se os pone en Ta cabeza que no tenéis necesidad, entonces os debéis tener por más necesitados, porque todo le fa?'ta a quien f.,iensa que .nada le falta, y está muf/)1 Tejos de la {>erf ección el que cree que no necesita. trabajar para conseguirla; Los santos de nüestra orden. eran mas observantes que nosotros en la puntualidad de la