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ns practicando la mendicidad delante de los seglares... Si te avergüenzas de ir a la limosna ... Si la pides por amor de Dios ... Si se provee con recursos pecuniarios lo que podrías con limosnas... Si debiendo tal vez hospedarte en la casa de un seglar que recibe con devoción a todos, te vas de intento a la de otro, a fin de ser mejor tratado, o para tener mayor libertad... Examínate, en suma, si en caso que ahora te sor– prendiese la muerte, te hallarías verdaderamente pobre, como lo prometiste a Dios con voto solemne, y cómo querrías ser en aquel último trance.. , ¡Oh, cuántas cosas tienes ahora, que te parecen necesarias, las cuales a la luz de la candela bendita conocerás superfluas!. .. ¡Cuánto te dolerás entonces de no haber hecho por ser pobre, tanto como los mundanos por ser ricos! ... Guárdate bien, que no seas de aquellos que tienen las aflicciones de la pobreza sin el mérito de ella, .. O de aquellos que querrían la honra de la pobreza, sin pasar por las incomodidades, esto es, ser pobre:;, de modo que nada les falte... Cuántas cosas les faltan aún a los ricos del sigl0 de las necesarias al decoro de su propio estado ... ¿Qué pobreza es ésta, sentir tanto el no estar cumplidamente provisto de todo?... ¿Será creíble que ésta sea aquella altísima pobreza, tan reco• mendada por nuestro Padre saH Francisco a los que profesan su Regla? ... Si buscas las comodidades de los ricos, ¿cómo podrás tener ánimo ni valor para esperar la recompensa prometida por Jesucristo a los pobres?.,. Aprende, pues, a amar a la pobreza, que constituye el carácter distintivo del verdadero hijo de san Francisco.

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