BCCCAP00000000000000000000946
IIO MAXIMA Sobre huír de la hipocresía más que de todos los vicios. He dicho, que debe huirse y guardarse de la hipo– cresía sobre todos los vicios, porque en la lección de la Sagrada Escritura se hallan pecadores de todas suertes, los cuales, ya por un medio, ya por otro, han reco– nocido su error, y se salvaron; pero de los hipócritas apenas se hallará uno que haya tenido buen fin. De un hipócrita, escribe san Mateo, 8-19, que pretendió seguir a Jesucristo; pero lo arrojó de su compafiía, di– ciendo, que no quería este linaje de raposas. Y ¿qué no ha dicho el Salvador Divino contra estos malaven• turados? ¿Qué amenazas, qué maldiciones, qué desdi– chas no ha ful minado contra ellos? ¿Cuántas veces nos ha encomendado el velar con toda atención, para no dejarnos contaminar de este vicio? Parece que ninguna cosa tomó con más empeño, que el prevenirnos y armarnos contra este mal. Por esto se lee también de nuestro Seráfico Padre que lo detestaba, y abominaba tanto, y con razón; porque es la hipocresía una especie de ateísmo que llega a negar de hecho la existencia y la sabiduría de Dios, dándose a creer o que no hay verdadero Dios, o que es un Dios de corta vista, el cual no penetra los escondrijos del corazón, y se contenta con las apariencias. Te daré ahora el retrato de un hipócrita, pero cui– dado con aplicarlo a nadie en particular, porque en
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz