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MEDITACION II Sobre el juicio uniiversal. PUNTO I Hemos de congregarnos todos en el Valle de Josafat, en donde hará el Sefior, que se vean públicamente la bondad y misericordia que ha usado con nosotros; como también la negra ingratitud con que nos hemos por– tado contra su Bondad y Majestad divinas. Entonces los pensamientos más escondidos serán a todos mani– fiestos; las obras de las tinieblas comparecerán ante la luz, y se leerán en nuestra conciencia todos nuestros pecados. ¡Qué confusión, cuando expuestos a la presen– cia del mundo entero, se volverán a nosotros los ojos de todos los hombres, de todos los ángeles, y del · mismo Dios! Si ahora en ciertas acciones tememos la vista de un solo hombre, y ésta es bastante para con• tener los movimientos de cualquiera pasión fuerte, ¡qué temor debemos concebir, sabiendo que han de mani– festarse al universo entero todas nuestras culpas, por más internas y secretas que sean! Examínate de lo que entonces podrás tener más vergüenza, y especialmente en orden a la soberbia, ambición e hipocresía, que serán en aquel último día los vicios más vergonzosos; y si no quieres que tus pecados más recónditos y ocultos, se hagan públicos con eterna confusión y vergüenza tuya, procura borrarlos ahora con una verdadera penitencia. Haz ahora propósito de no decir, hacer, ni pensar