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IO gÍosas desde hace dos siglos, Curso franciscano de ejercicios hemos visto que pre'/iere los exámenes y máximas del P. Bérgamo 'a los de otros autores de su propia orden. Bien merecía 77evar por título otro mucho más unÍversal: "Retiro espiritual {:,ara todas las personas que aspiran a la perfección". Porque sacando aparte las partircularidades propias de la orden para la cual escri'bió .esta sú prt'mera obra, queéla toda la subs– tancia del libro no sólo para las tres órdenes fun– dadas f,or .san F1·ancisco, no sólo para las. almas consagradas a Dios, sino para todas las personas piadosas que cultivan seriamente la vida espiritual, que consi'Ste en algo bien distinto de lo que ciertas personas ilusas y vanidosas s,e figuran. Esta es una a'/irmación muy verdadera demostrada por todo el contenido de la obra, A,f,reciémoslo, pues, en todo lo que vale, ya que tanto vale; sea él nuestra lectura frecuente, dete– nida, afectuosa, dentro y fuera de los ejercicios. Léanse también y mu;Y despacio según el consejo del Autor, que aparece al pnal de las reglas o avisos preliminares, las reflexiones sobre los diversos es– tados en el organismo cafnwhino las cuales son bien interesantes e instructivas, muy dignas de leerse y meditarse desde el primer día de los e;,erc1c1os,