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74 317 La Iglesia te dice que el día de tu muerte es el día de tu nacimiento a la verdadera vida. 318 Al ver venir la muerte quisiera recibirla como S. Francisco diciendo: ¡Bienvenida seas hermana muerte! porque al acabar con mi vida terrena, me abres de par en par las puertas de la verdadera vida donde me encontraré con todos los que más amo, con todo lo que más deseo. 319 La gente del pueblo cuando uno muere, dice: Es ley de vida o también, nacemos para morir. Cuando sucede una desgracia exclama: «Tenía que ser». No entiende de filosofías, pero expresa su fatalismo como muchos filósofos. 320 Siempre he admirado el proverbio italiano que reza: «Un bel morir, tutta una vita onora», Y es que la muerte no es, no debe ser la última anécdota de la vida, ni su postrer desgracia, sino su digno coronamiento, el último acto que la realiza y plenifica, máxime para un creyente. 321 Aceptar la muerte, tu propia muerte es un signo de madurez humana y cristiana.

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