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73 313 Un día sin mérito alguno nos dieron la vida como si fuera un préstamo. Así que al morir saldamos una deuda. 314 No ser, ser y vuelta al no ser. He ahí el tiempo, lo temporal. ¡Cuántas primaveras, cuántas auroras, y espectáculos admirables, cuántas alegrías, amores y sentimientos sublimes desvanecidos como vanas sombras! ¡Cuánta belleza, cuánta virtud, cuánta dicha deshaciéndose, al correr del tiempo, en pura nada!. 315 Hay quien ve la muerte es decir, el retorno a la nada, no como algo horrible y absurdo, sino como algo muy natural. Aceptan sin lamentos que su vida sea un relámpago en la noche del tiempo; han renunciado sin más a la aspiración más profunda del hombre: vivir y ser feliz para siempre. ¡¡Incomprensibles!!. 316 Quien pintó la fe con los ojos vendados y una antorcha en la mano tuvo un gran acierto. Es verdad que la fe ilumina entre otras cosas nuestro último destino, que es una vida eterna junto al Padre, pero todavía seguimos sin ver y un misterio impenetrable nos envuelve por todas partes.

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