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16 43 Dios que es amor no ha querido que fuéramos sus esclavos sino sus hijos y como a hijos y libres nos respeta y nos trata. ¡Cuánto más debemos respetarnos nosotros!. 44 Cuando el hombre no camina a ciegas por la vida, va en busca de su yo profundo y este sólo lo encontrará en Dios. La lástima es que la mayoría andamos a ciegas, mejor, perdidos por la vida. 45 Todo lo bueno que puedo llamar mío: facultades, éxitos, virtudes etc. son en verdad míos, pero antes son dones de Dios. 46 La vida auténtica del hombre unas veces se presenta como la ascensión a una cumbre, otras como el descenso a las profundidades del propio ser para encontrarse, ya en la cumbre, ya en lo profundo del yo, con el absoluto, con Dios, pero cuán pocos son los que llegan a este final dichoso, pues la mayoría caminan por la vida desorientados, perdidos.
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