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-46- hermanos y madres de nuestro Señor Jesucri~ to. Somos esposos cuando el alma fiel se -– une, por el Espíritu Santo, a Jesucristo. Y hermanos somos cuando cumplimos la voluntad del Padre que esti en los cielos; madres, - cuando lo llevamos en el corazón y en nues– tro cuerpo por el amor y por una conciencia pura y sincera; lo damos a luz por las obras santas, que deben ser luz para ejem-– plo de otros. {Silencio - Re6lexi6n ... ) Responsorio •.. Antífona ••• Benedictus ••• PRECES: {Tomada~ de TOMAS LARRANAGA, "0Ldme, hell.mano ~ " l • Recurramos, hermanos, a la intercesi6n de la Virgen María para que nos obtenga la gracia de satisfacer en nuestra vida alguna de las -– instancias que Francisco quiso confiarnos con mayor apremio en su Testamento. Expresemos nuestra confianza en la Madre de Dios procla-– mando su santidad como Francisco: EN TI ESTUVO Y ESTA LA PLENITUD DE LA GRACIA Y TODO BIEN. Te pedimos, Madre santísima, que nos obtengas la gracia de "hacer penitencia", hasta trans-– formarnos interiormente, de suerte que "lo que antes nos parecía a– margo se nos convie·rta en dulzura del alma y del cuerpo". Para que en cualquiera circustancia del mundo presente acertemos a ser fieles a nuestra voca ci6n evangélica, alcánzanos del Espíritu Santo la luz con -– que iluminaba a nuestro hermano Francisco