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-10- PRECES: Cristo, Palabra definitiva del Padre, qui– so asociar a los hombres a su tarea salvadora para anunciar su evangelio hasta el confín de la tierra y hasta el final de los tiempos. Oremos, pues, confiados, diciendo: SEÑOR, ESCUCHA NUESTRA ORACION. Tú, Señor, eres nuestra fuerza, nuestra única explicación; haz que nuestra preocupaci6n profunda sea crecer más en virtud y perfección de la ca ridad y espíritu que en número (17,2) -- Padre de bondad, tu amor a los hombres hizo que enviaras a tu Hijo hecho carne al mundo, despierta en el corazón de los jóvenes ge– nerosidad y capacidad de entrega para con– tinuar su obra entre los hombres. Cristo, tú nos mandaste ser sal de la tierra y luz del mundo, haz que seamos con nuestra vida y nuestra palabra signos, testigos y heraldos de tu mensaje para todos los hombres. Tú, Señor, fuiste fiel a tu palabra hasta la muerte, danos fuerza para ser testigos válidos que anuncien con su vida y sus obras la felici dad que pertenece sólo a Dios. Padre Nuestro