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V PROLOGO Presentar un. manual puesto al día, adaptado a nues.– tros Colegios, práctico para los Superiores 1J útil a todos los religiosos: esa ha sido la finalidad que me ha guiado al hacer esta nueva exposición de la Regla Franciscana. El método es el seguido por los más conspicuos comenta, rístas, que consiste en explicar, frase por frase, ca'da capí, tulo, diferenciando con claridad los preceptos, los consejos · 1J las exhortaciones. Con esto tienen nuestros religiosos una idea clara de lo que están obligados a observar y de lo que es conveniente y deseable que observen. Hay muchos religiosos que confunden la parte jurídi, ca y moral con la parte ascética, el precepto con el conse, jo. Para evitar tal,es confusiones, que son fuente de con– ciencias falsas y erróneas, he procurado poner antes las consideraciones ascéticas, ordinariamente en la parte in, troductoría del capítulo o del precepto, ocasionalmente en la" exposición del precepto mismo. No se me ocultan las dificultades con que se tropieza en este método, porque no siempre resulta claro determi– nar dónde termina el consejo y dónde comienza el precep, to. Sí esta dificultad la encontramos donde hay un pre, cepto, mucho más en los de la Regla Franciscana: éstos con frecuencia topan con lo heroico, 1J entonces resulta su– mamente difícil, sí no imposible, poder encuadrarlos en normas jurídicas o en casos prácticos, con el consiguiente peligro de despojarlos de su contenido espiritual más pre, cioso. Para aminorar en lo posible tales dificultades, he pro– curado, primeramente, descubrir el espíritu que anima al precepto, 1J luego la letra, con las aplicaciones oportunas a los casos prácticos de la vida. El comprensivo lector, con su perspicacia lJ más aún con su. arnor por todo lo que es