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LA NATURALEZA DE I,A VIDA bEL FRAILE MENOR 45 D) El no tender a la perfección, ¿es un pecado distinto de cada una de las transgresiones? Disputan los autores. Así como la obligación de tender a la perfección no se distingue formalmente de la observancia de los · votos, podemos concluir que el religioso que quebranta sus vo– tos ex se no comete un pecado distinto cada vez que viola un voto u otra ley de la Regla. Por el contrario el que desprecia formalmente la misma perfección. El que tuviese afecto habitual al pecado venial o mortal, debe decirse que vive habítualmente en estado de pecado venial o mortal respectivamente. 2) . ¿A guE PERFECCI0N ESTA OBLIGADO EL FRAILE MENOR? 80 A la perfección evangélica. Está claramente expresado en el capítulo primero de la Regla: «la regla y vida de los frailes ·menores es ésfo, conviene a saber, guardar el san– to Evahgelío». La perfección evangélica consiste esencialmente en la cari– dad. El primer mandamiento es: Amarás a Dios con todo tu corazón-con todos tus afectos,-con toda tu mente-con las potencias espirituales de entendimiento, memoria y vo– luntad,-con todas tas fuerzas-con todo tu ser.-En esta orientación activa, y con esta total y amorosa entrega a Dios, está la cima de la perfección evangélica. Según la doctrina del Seo. Doctor (16), la perfección cris– tiana abraza tres estados: ínfimo, medio y supremo. El primero consiste en el cumplimiento de los mandamientos, y se llama es– tado o perfección de necesidad y es la perfección indispensable a cualquier cristiano. La media consiste en la observancia de los consejos evangélicos. Se llama estado de supererogación y es de necesidad para los que han abrazado la vida religiosa. El supre– mo consiste en la fruición eterna de Dios. Es la suma plenitud de la perfección y se concede como premio a los dos preceden– tes, difiriendo de ellos como difiere el premio del mérito. Cuando la perfección media o de supererogación se halla unida a la ínfima o de necesidad, el que la posee se dice perfec– to y el estado en que vive, estado de perfección. Más detalladamente, según el Seo. Doctor, la perfección evangélica consiste en la conformidad del hombre viador con Cristo, mediante el hábito de aquellas virtudes con las que uno supererogativamente se aleja del mal, obra el .bien y soporta con paciencia la adversidad. Definición que toma de las palabras del Apóstol: «Caritas est finis praecepti de carde puro (fuga del mal), conscientia bona (adquisición de las virtudes) et fide non fleta (paciencia en la adversidad) (17). El perfecto se aleja supe- (16) S. BUENAVENTURA, op, omnia, t. V!II, p. 224, (17) ITIM.1,5.

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