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LA N'ATÜRALEZA DE LA VIDA DEL F'RÁILÉ MENOR se detendrá de propósito sobre algunos puntos del S. Evan– gelio, no porque pretendiese excluir los demás, sino para ha:– cerlos resaltar y hacer más práctica y genuina su actuación. Pero no podemos pasar por alto que esta amplitud e in-· determinación podía dar pie, como lo dió de he·cho, a diver– sas dudas y ansiedades acerca de lo que era estrictamente obligatorio y lo que quedaba a la generosidad de cada uno. Resolveremos estas dudas a la luz de las declaraciones pon– tificias. 70 a) Dado que en la Regla se dice que el fraile menor está obligado a observar el santo Evangelio, se pregunta sí también está obligado a observar todos los consejos del Evangelio, aunque no estén expresos en la Regla. . Gregorío IX en la Bula Quo elongat:í (3) responde que el fraile menor sólo está obligado a los consejos. expresados en la Regla. b) Pero como algunos consejos están expresados en la Regla en forma obligatoria y otros no, puede nacer la duda de sí está obligado a observarlos de cualquier modo que se contengan en la misma. Nicolás III en la Bula Exíít (4) y Clemente V en la Exiví (5) responden que el fraile menor está solamente obligado a aquellos consejos evangélicos que en la Regla se contienen en forma preceptiva u otra equivalente. c) Habiendo surgido de nuevo la duda de sí los conse, jos que se contienen en forma obligatoria oblígab...n sub graví, Clemente V en la misma Bula responde que no; aún más, asegura que los simples consejos, o no son obligatorios o a lo sumo obligan sub leví, según el objeto y la forma como vengan enunciados. · 71 d) A estas primeras dudas se juntaron otras, a sa, ber, sí todos los preceptos de la Regla obligaban sub graví. Clemente V en la mencionada Bula ha procurado deter, minar el número y la obligatoriedad de los preceptos, según la doctrina más segura de aquel tiempo. Es de nó'tar que en aquel tiempo existía una doble tendencia en la Orden: una más rif?,Urosa, que pretendía que todo cuanto se contenía en la Regla obligaba bajo pena de pecado, y otra más benigna. El Papa, después de enumerar aquellos preceptos admitidos por todos como oblígatodos y llamados preceptos eminen~ (3) Bu1l. Cap., VI, 10. (4) lbíd., 56. (5) lbid., 83.

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