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l\LGUNÁS AMONESTACIONES 401 y acusan; porque dice efSeñor: «Amad a vuestros enemlgos y rogad por los que os persiguen 1J calumnian. Mas el que perse~ verare hasta el fi,n, éste será salvo». 717 En estas palabras nos deja el seráfico Padre algunas amonestaciones y exhortaciones muy útiles para nuestra vida espiritual. Enumera los vicios que se deben evitar y las vix:~ tudes que han de practicar. Entre los vicios pone: . a) la soberbia, la cual comienza por dañar el corazón y, luego se manifiesta en palabras y por fin se trasluce en las · obras, haciéndonos odiosos a Dios y a. los hombres.· ' b) la vanagloria, hija de la soberbia y madre de la am~ bición, la cual, robando a Dios lo que es suyo, vicia las bue~ nas obras y las priva del premio eterno. c) la envidia, que nos haée entristecer por el bien del prójimo y gozar por su mal, se opone directamente a la ca– ridad y atormenta el corazón del envidioso, robándole la paz y la ttanquilidad. d) la avaricia, que mancha el ideal de la altísima po– breza. e) el cuidado y solicitud de este mundo, que retrae al religioso de atender con seriedad a su perfección, porque lo engolfa en los negocios mundanos. , f) la detracción y murmuración, que ofenden la cari~ dad, turban la armonía y la paz de los conventos y hacen al religioso odioso a Dios. Entre las virtudes enumera: 718 a) la santa devoción, llamada por él Seo. Padre «es• piritu del Señor», la cual debe impregnar de amor seráfico todas las acciones del religioso. Cump1irá con perfección la voluntad de S. Francisco aquel religioso que obre siempre impulsado por una gran fe y un grande amor. . De esto se desprende cuál debe ser la ocupación primor~ dial del fraile menor, y cuál su actitud ante la ciencia. Lo primario ha de ser el crecimiento en la vida interior, estando de continuo en unión intima con el Señor. La ciencia, tal como la entendía S. Francisco, debe estar al servicio ·de la devoción y servir de medio para la vida interior. Por tanto, sí llegase a ser nuestra ocupación principal, con detrimento de la vida espiritual, o se desarrollase al margen de la vida · interior, habría faltado a su vocación el fraile menor y no