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376 CAP1TtJLo·rx. PARTE 1ií de las cualidades del predicador, nos habla de las. dotes de la predicación (20). . Algunas se refieren a lo que se debe predicar y otras a] modo de hacerlo; otras, finalmente, señalan el fin que ha.de tener la predicación. a) Lo que se debe predicar. Se enumeran cuatro asuntos: los vicios y las virtudes, 1a pena y la gloria. Asunto vastisímo y estrictamente religioso. b) Cómo se debe predicar. Se exige una esmerada pre~ paración, para no ponerse a hablar temerariamente: «que sean examinadas y castas sus palabras». «Castas» quiere de– cir, no sólo que se eviten palabras o frases excesivamente realistas, escandalosas u ofensivas, sino también palabras vanas y que provocan inútilmente a la risa. En lo de la brevedad de sermón, más que el tiempo que debe durar el sermón, ha querido ponernos el Santo en guar– dia contra el hablar confuso, incoherente, oscuro, inacabable. c) Finalidad de la predicación: «a utilidad y edificación del pueblo». Hay que excluir todo fin secundario, como la va– nagloria, el lucro ... Estas son las cualidades principales de la predicación franciscana. Por lo que respecta a las cualidades del predi– cador, oigamos a S. Buenaventura (21): · 1) Debe tener cierta edad, pues lo que dicen los dema– siado jóvenes se toma como cosa pueril. Ni ~iquíera en su exterior debe aparecer como muy joven, ya que esto le qui– ta autoridad. 2) No sea deforme en su cuerpo, ni demasiado peque:ño, o excesivamente grueso. 3) Sea robusto y sarJ,O, para poder soportar la fatiga de la predicación. 4) Tenga fa- \ cilidad de palabra, a fin de que pueda exponer la palabra de Dios sin dar fastidio a los oyentes. 5) Tenga suficiente ins– trucción en las ciencias, sobre todo en las Escrituras. 6) Fi– nalmente sea santo en su vida y costumbres, para que no haya contradicción entre lo que predica y lo que practica, porque fácilmente se desprecia la predicación del que lleva vida relajada. . El secreto del éxito nos lo da el seráfico Padre en aque– llas palabras: «El predicador debe sacar de la fuente de la (20) A propósito de la predicación pueden 11erse los siguientes documentos: Humani Gene• ris Redemptorem, de Benedicto XV, en A. A. S., 9 (1919l, p. 305; Decret. S. C. Ep. et Reg. De praedícatíone sacra y el comentario del P. ANDERMATen A. O., 10 (1894), p. 294-299, y 11 (1895), p. 10-30 respectivamente; el Decreto de la S. C. Consist. en A. A. S., 9 (1917) p. 1917; y la Carta circular sobre las normas que se deben observar en el Apostolado moderno, del P. CLEMENTE DE MILWAUKEE, del 23 de julio de 1951. (21) S. BUENAVENTURA, Op. omn., t. VIII, p. 360. ·

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