BCCCAP00000000000000000000940

185 QUINTO PRECEPTO De la vileza en los vestidos. « V los frailes todos se. vistan de viles vestiduras». Deseando el Seráfico Padre que el fraile menor fuese una reproducción viviente de Cristo crucificado, el cual quiso te; ner como fiel compañera y esposa durante toda la vida, has– ta en la misma cruz, la sánta pObreza,· madre de la símplici; dad y de la austeridad, manda que sea suma la pobreza y hu; mildad aun en la calidad del vestido. Hablemos, pues, de dos cosas: 1) En qué consiste la vileza del vestido. 316 La vileza de una cosa es más fácil de comprender que de explicar en todos sus numerosos y complicados de; talles. Por consiguiente, para no errar en una cosa que toca tan de cerca a la seráfica pobreza, amadísima del Seráfico Padre, el fraile menor tome como modelo los vestidos del mismo San Francisco, que han llegado a nosotros como re~ liquias, y de aquellos religiosos de timorata conciencia, co; mo también del uso de la gente pobre, acordándose que, cuanto más se asemeje a éstos, más fielmente observará su Regla, y, cuanto más se aleje, más deslucirá en sí ,_el ideal franciscano. Y con esto, pasamos inmediatamente a hablar de la vile• za del vestido que mira, sobre todo, a la calidad y al color. La primera se toma del valor intrínseco o natural de la cosa, o también de su valor económico o comercial; el co~ lor, de la vistosidad y apariencia. Para aquietar las ansiedades de los religiosos timoratos, lo mismo que para delatar la falsa conciencia de los relaja– dos, Clemente V declaró que la vileza de los vestidos, tanto interiores como exteriores, debe considerarse en relación con las costumbres de los diversos lugares y regiones. Por eso, no se puede señalar una regla idéntica para todos. Por consiguiente, según el mismo Pontífice, el juzgar sobre el particular se deja al Ministro General y Provincial, y tam– bién a los Guardianes. Más detalladamente Maíftín V en su Constitución «Cum generale» del 6 de junio de 1430 (17) manda que los ve~tidos de los frailes menores no sean de tal (17) .Bull. Cap., VI, p. 131.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz