BCCCAP00000000000000000000937
gran observadora. Llegaban decididos a pasar allí sus vacaciones de aquel año, aunque fuese con muy pocas comodidades, para seguir más de cerca todos aquellos fenómenos, que ya les habían llamado poderosamente la atención. De hecho se convirtieron .en "testigos de excep– ción" de muchas cosas, y sin su testimonio se entende– ría ahora peor lo que allí estaba pasando (19). De todos lós médicos que aparecieron sucesiva– mente por Garabandal , fue el Dr. Ortiz quien más de cerca siguió todo aquello, y quien más asidua y directa– mente "estudió" a las niñas ... , llegando a la conclusión de que ellas eran cabalmente "normales" y lo que les pasaba no tenía explicación "natural". En su memoria, o en sus notas, pudieron recoger los Sres. Ortiz, de aquellos días, no sólo cosas de importancia, sino también pormenores deliciosos, como aquel de Conchita y Loli -que de ningún modo estaban para presentarse a un concurso de canto– cantando extáticas el Ave María a la puerta de la igle– sia, a dúo y con admirable precisión; aquel otro de Conchita sorprendida por un éxtasis cuando estaba cenando, sentada encima del fogón: quedó maravillo– samente transformada, con un vaso de leche en la (19) Las notas. cartas y testimonios de los Sres. Ortiz, especial– mente de D. Celestino (fallecido en 1983), fueron para mí de ina– preciable ayuda en la composición de mi libro "Se fue con prisas a la Montaña", donde se dan con pormenor no pocas cosas que aquí se omiten o sólo se apuntan con brevedad. 92
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz