BCCCAP00000000000000000000937

Había claras advertencias de las niñas para poner freno a aquella desaforada expectación. A un señor, que en el momentode la despedida le había dicho a Loli:. "Hasta el í 8 de octubre; ese día volveré, pues creo que va a haber un milagrny subirá mucha gente", le replicó ella con toda viveza: -¡Por favor, por favor! usted no se moleste en venir por. ver un milagro. Nosotras, por lo menos, no hemos anunciado ninguno; lo único que hemos dicho es que vamos a dar un mensaje y éste lo puede conocer usted después en Santander... Entiéndame bien, se lo ruego: nosotras no hemos anunciado ningún milagro para ese dí.a". . Pese a tales puntualizaciones, la voz se había exten– dido: el 18 de.octubre algo maravilloso iba a ocurrir en Garabandal. . ¿No era acaso un mes muy a propósito? Era el "Mes del Rosario", práctica de devoción que tanto venía recomendando la Virgen desde el primer día, y que tan relevánte·Tugar ocupaba siempre en los éxtasis de las riiñas. · La Reina del Santísimo Rosario tenía su especial fiesta litúrgica el 7 de dicho mes, que aquel año, además, cayó en sábado, el primer sábado: tan notables coinci– dencias marianas parecían venir provindencialmente preparadas para que se produjese ya algo decisivo en la marcha de todos aquellos extraordinarios "fenóme– nos" ... 90

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz