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rosario; y, como escribe Conchita, se hacía "todo muy despacio"; al final, Ella les mandó cantar la Salve. Creo que debe ponerse no poca atención en ese "Ella rezaba muy lento" y en el que todo se hacía "muy despacio". Tenemos necesidad de aprender bien la lec– ción. Una actuación de los "Comisionados" El día 22 de agosto de ese año 1961 -era martes-– aparecieron por Garabandal unos cuantos miembros de cierta Comisión que se decía nombrada por el obispo (o más bien, Administrador Apostólico). D. Doroteo Fernández, para estudiar los extraños fenó– menos que estaban ocurriendo en el pueblo. Eran dos o tres sacerdotes y un médico, acompañados de un fotó– grafo. Lo que hicieron aquella tarde -noche en Garabandal- me parece que nunca podrá ser presen~ tado como actuación modélica para esta clase de comi– siones, ni por su atender a las cosas que ocurrían, ni por su disposición de imparcialidad, ni por la mesura de gestos y desahogos... Los testimonios a propósito de todo esto son contundentes; especialmente los de un cura párroco asturiano, D. José Ramón García de la Riva, que estaba aquel· día allí y seguía todo con el mayor interés. Mientras las niñas hacían sus marchas extáticas por el pueblo, los de la Comisión, reunidos en la pequeña 71