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El primer hecho fue la posición adversa que tomó tempranamente una llamada "Comisión", que acababa de constituirse en la capital de la diócesis, Santander, para el estudio y calificación de los extraños sucesos que estaban ocurriendo en la apartada aldea. El otro hecho fue la subida: a Garabandal de dos Padres jesuitas, los hermanos Ramón y Luis Mª Andreu, que en su primera llegada al pueblo sólo traían lo que casi todos los demás forasteros: una explicable curiosidad por conocer lo que allí pasaba. Ni ellos, ni nadie de los muchos que ya andaban por allí, podían sospechar lo que tal subida iba a significar en sus propias vidas y en la marcha de todo aquello. A los de la Comisión se les ocurrió pronto un plan para poner decisivamente a prueba lo de Garabandal: "desambientarlo". Porque ellos creían que todo lo que estaba pasando, bien. podía ser producto del "ambiente" tan especial de la aldea y de su ubicación. Así pues, decidieron arrancar de allí a Conchita, que parecía ser la de más personalidad entre las niñas videntes, y con sospechoso ascendiente sobre ellas. Se montó como una especie de "secuestro". Digo una especie... , porque aquello naturalmente no fue secuestro en regla, con violencia y extorsiones. A la niña no se la llevaron del pueblo por la fuerza, pero sí con procedimientos que aún no están del todo claros ( 12). (12) Todo este asunto lo trato en mi libro "Se fue con prisas a la Montaña", cap.. VI. págs. 110 y 113-117. 47

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