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bles personas. están en conexión con tales marchas. de recuerdo imborrable. Hilo directo con el Cielo Las niñas. durante sus éxtasis. quedaban sustraídas a esta realidad nuestra de aquí abajo: se comprobó con innumerables experiencias. Fruto de muchas de ellas. hechas durante aquel "primer tiempo" de Garabandal que fue el verano de 1961. es lo que nos dice en su Informe el citado P. Ramón Mª Andreu: "En los fenómenos de Garabandal pueden distin– guirse como dos "campos": el de los espectadores y el de las niñas. El espectador \'e lí las nif1as y su manera de actuar: movimientos. risas o lúgrimas. palahras. insensihilidad. etc.: pero no w la aparición. l.as nifü1s en camhio. contemplan la aparición. est.in en su lui. recogen sus palah.ras... : pero no wn nada fuera de esto.. ni perciben al público que las rodea (aunque saben que L'stú allí. porquL' se lo diCi..' muchas \'eces la aparición)'. filas se Yen unas a otras. mientras estún en el éxtasis: pero si una sale de. él (por cesar de contemplar la apari– ción) y las otras continúan. éstas automáticamente dejan de ver a su compañera. porque se ha salido de su "campo"... ..Al principio, el espectador no tomaba parte alguna en lo que ocurría durante los éxtasis. Más tarde empezú a tener cierta participación en ello... " Y no sólo en cuanto que muchos de los asistentes recibían de tal o cual niña extútica los ohjetos que previamente hahían 42

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