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"Ya arriba, cayeron de rodillas ante uno de los pinos, como si Alguien las posara delicadamente allí. Y allí se mantuvieron de rodillas un buen rato rezando. hablando, sonriendo... Era muy difícil captar lo que decían, fuera de algunas palabras sueltas. En aquel rato de los Pinos fue cuando mejor pude darme cuenta de Jo extraordinario que era el reír ·o sonreír de las niñas en éxtasis. Reían con todo su ser: no había allí nada de. eso que decimos a veces. y que es tan fre– cuente: "reír de dientes para fuera''; a ellas les desbor– daba de dentro, porque creo que estaban llenas de una alegría que nosotros desconocernos... "La bajada de los Pinos tuvo poco más o menos las mismas características que la subida... Y todo terminó a las puertas de la iglesia. Cuando las nfüas volvieron.en sí, pude comprobar más a gusto y más despacio que ellas ni se habían roto ningún hueso ni se habían hecho daño alguno en piernas o rodillas (a pesar de haber "caído" bruscamente de rodillas varias veces sobre los pedruscos de la Calleja). Si esto no es un milagro. que vengan los listos y me expliquen qué es ... "También me sorprendió mucho que las mnas. después de todo aquello que nos dejó molidos a los d~más, estaban como si. no hubiera pasado nada. sin ningún cansancio ni pesadez .... y no se habían dado cuenta de cosa alguna exterior, y ·tenían la impresión de no haberse movido de lugar, y creían que su "trance" había durado sólo unos minutos, cuando en realidad había sido cosa de dos horas por lo menos". 39