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casi una semana sin dejarse ver. Pero volvió hacia el día 8, y ese día y el siguiente estuvo con las niñas mús familiar que nunca. "Nos besó en las mejillas y en la frente ...• y nos besó según estábamos en fila" ( Con– chita ). Seguramente se trata ha de iniciar una nueva fase en aquellas COl1)tmicaciones del Ciclo. Pues por estos días (el martes, día 11 de julio, con toda prohahilidad) empezó otro llamativo "fenómeno'\ que para mús de uno fue causa de tropiezo o desadrn: el recihir las niñas la comunión de manos de Alguien invisihle (sin mucha propiedad, se dió en llamarlas "comuniones místicas"). En las notas de D. Valentín encontré esta escueta referencia: "Los días 11, 12 y 13 (.de julio) dijeron que habían comulgado", y es la primera vez que se hahla de ello. Estas comuniones ocurrían siempre a la hora y en el lugar que el ángel decía de antemano. Cuando las niñas fueron al señor cura con el recado de que "el úngel les daba la comunión", él hizo preguntas, y luego anotó así: "Me. dicen que el ángel hac.e igual que yo cuando doy la comunión". Las personas que a veces presenciaban tales comu– niones, no veían al ángel ni tampoco la sagrada forma: pero sí comprobaban por los gestos y movimientos de las niñas que ellas estaban realmente comulgando. El acto empezaba con una breve exhortación del ángel a pensar en Aquel a quien iban a recibir... ; venía después el rezo penitencial del "Yo confieso... ", a conti– nuación el ángel depositaba la s_agrada forma en la 35

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