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-"Ella venía muy sonriente y el Niño también. Y nosotras, lo primero que le dijimos fue que dónde estaba S. Miguel y el otro ángel; y Ella se sonreía más. "La gente y los Padres (sacerdotes) que había, nos daban objetos para que se los diéramos a besar a la Virgen, y Ella lo besaba todo... "Y Ella nos hablaba mucho... Pero no nos dejó decirlo". Es muy digno de atención esto de que Ella:·también en su segundo día de "manifestación". HABLARA MUCHO... , aunque sin permitir, de momento, que se comunicara todo. A las videntes tenía que consentirles muchas cosas "de crías•· -¿qué madre o buena educadora no lo hace?---. pero tenía que atender ante todo a "lo suyo"; y lo suyo era ayudar y encaminar a sus hijos, _en un pleno ajustarse a los nada fáciles designios de. Dios. Por eso habló mucho aquella tarde: por eso segui– ría hablando muchas otras tardes. Las cosas que decía para todos o para muchos, se irían sabiendo en su momento oportuno; las que dijera sólo para aquellas niñas que eran su "instrumento", quedarían tal .vez para siempre en el secreto personalísimo de cada una de ellas. También aquí tendría cumplimiento aquello de Sta. Teresita a propósito de su íntima biografía: "Bastantes páginas de esta historia no se leerán jamás en la tierra". 28