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y el estado de abandono espiritual .en que se encuentran muchas ovejas de Cristo, prácticamente destituídas de ''pastores", hacen muy creíble el hecho de que se multipliquen por aquí y por allá la intervenciones especiales de la Madre. de todos. Ella es la mejor imagen de la Misericordia, para llevarnos a un amor de arrepentimiento; está al mismo tiempo investida del mayor Poder, para poder protegernos frente a la prepontencia del Mal. Sobran motivos para que no tomemos a la ligera tanto congregarse.de fieles peregrinos en los lugares de apariciones... Como ha dicho Karl Rahner en un momento de acierto, "las apariciones marianas no son sólo.cosa de coros celestiales para repetirnos la misma música, los lugares .comunes de toda espiritualidad cristiana: Ora– ción y Penitencia". A través de ellas.. el Espíritu Santo puede ir haciendo brillar tal o cual joya del tesoro de la Revelación, ya que estaba ahí, pero que aún no había sido convenientemente inventariada. Lo que ante todo debería contar para la aprobación de cualquier fenómeno de apariciones, o, al menos, para la permisión del peregrinar de fieles a él, tendría que ser esto: su "consonancia" con la doctrina y la tradición viva de la Iglesia. Evidentemente, la autoridad diocesana no debe precipitarse, para aprobar; pero tampoco, para descali- 264

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