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-que las personas se encuentren con EL, personal y colectivamente; -que con EL se comuniquen; -que a EL atiendan; -que según sus normas vivan; porque sólo EL puede SALVAR. En todo esto puede, y debe, trabajar la Jerarquía. Nuestro Sumo Pontífice Juan Pablo II es un relevantí– simo ejemplo de tal actividad. En todo esto pueden, y deben, trabajar los "consa– grados" en la Iglesia: sacerdotes y religiosos. En todo esto pueden, y deben, trabajar también los demás fieles cristianos, para ser cristianos de verdad. Todos estos "trabajadores de la viña", según la parábola evangélica, deben ser considerados como los operarios normales del Evangelio, suficientes para tiempos también "normales"... Pero cuando en los campos de labranza la cizaña ha prendido con fuerza avasalladora, cmmdo la maleza lo está invadiendo casi todo, no basta con la labor normal de los operarios "normales". Hay que acudir; al Gran Amo para que suscite otras "ayudas", las que me– jor puedan dar la réplica al desbordamiento del Mal. En ese "cuándo" estamos; éste es nuestro caso y nuestro tiempo. · Los pueblos tradicionalmente cristianos han ido cayendo de forma masiva en el abandono religioso 253