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Velarde; y después de lamentarse de lo espiritualmente desasistidos que han estado en Navidad, da este escueto "parte de situación": "Las apariciones siguen como siempre; pero del milagro. no hemos vuelto a saber más". Cuenta luego la emoción de dos visitantes asturianos (a quienes hos– pedaba en su casa) por causa de una clara "prueba'' recibida a través de las niñas. y añade: "A los que estamos aquí. ya no nos hace sensación nada, que esta– mos hechos a todo. Esperamos ver otra cosa más grande, y... no sé cuándo la veremos, que parece que ya no nos mientan nada del milagro. Parecía que el de toli y Jacinta iba a ser. según habíamos entendido, en este año; pero este año se acaba ... ¡ La cosa es que fuera!, que tememos que no sea ni este año ni nunca..." Es evidente que a finales de 1962 flotaba en el ambiente de Garabandal el anuncio y espectación de dos milagros: por una parte. "el de 'Conchita". que parecía el más grande, el definitivo; por otra, .... Ya hemos mencionado al sacerdote de la' diócesis de San Sebastiún D. Luis López Retenaga; éste. con permiso del obispo de Santander Mons. Beitia Aldazábal, subió de nuevo a Garabandal en febrero de 1963... y luego informaba así. al mismo Sr. Obispo, de lo que allí había encontrado: "Es la cuarta vez que visito esta aldea montañesa. Cuando mi anterior. visita. en los meses finales. del pasado año, supe de rumores que corrían acerca de la realización, bastante inminente, de "un milagro" anun- 209