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rodaba como nada... Luego, las nmas, que habían subido tan bien, bajaron de espaldas y de rodillas por toda la nieve. y por donde más escajos había; fuimos después al cementerio bajo granizadas y mucho viento. El martes, lo mismo. El miércoles ya era mejor noche, pero todavía con mucho frío..." Y el Dr. Ortiz me refirió un día lo que le había contado a él la hija de Tiva (Primitiva): "La noche del día I de diciembre, yo estaba con mucho dolor de muelas, por lo que ni siquiera me había acostado. A eso de las 3 de la madrugada, siento ruido en la casa de Jacinta; me asomo a la ventana, y veo salir a la niña en éxtasis., con una noche infernal de frío y agua. Me dio pena, y bajé a acompañarla. Al llegar junto á ella, se abre la puerta de su casa y sale su madre, María, de muy mal talante, y diciendo: "Lo que es, otra noche como ésta no me la vuelves tú a dar; ya atrancaré bien la puerta". "Por la calle nos encontramos a María Dolores, también en éxtasis y completamente sola. Fui a avisar a su madre, Julia. Y poco después ya íbam.os todas juntas: las .dos niñas delante, nosotras tres, detrás. ¡ Nos subieron por dos veces, rezando el rosario, a los Pinos! y, como de costumbre, recorrimos el pueblo. La noche era, de verdad, malísima ... , y a María no se le pasaba el mal humor. Julia trataba de calmarla: "Mujer, ¿qué le vamos a hacer? Son cosas de Dios. Hoy tengo que consolarte yo, otras veces me has consolado tú a mí" Las veladas de Garabandal tenían mucho de 206
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