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Las cuatro niñas sólo supieron contestar con una exclamación unánime: "¡Que venga pronto!". El Angel sonreía... La fecha del acontecimiento estaba bien escogida. Ella. la Virgen Nazaretana. quería iniciar una nueva Visita a la tierra -visita que sería larga y cntrañable--– el mismo día en que la Iglesia venía celebrando desde hacía siglos su antigua e inolvidable VISITACION a la prima Isabel. Ahora que.ría Ella empezar presentán– dose como Señora y Madre del Carmelo, por muy profundos motivos (que poco a poco se irían enten– diendo), y no sólo por hacer ésta su presentación en los días de julio, mes tan ligado desde antiguo a la más popular advocación mariana. Por fin aparecía claro e.l porqué de las repetidas visitas del Angel: había venido a preparar unos cami– nos..., los de ELLA, Reina gloriosa de los ángeles, Madre preocupada de los hombres. Y bien podía suponerse que lo que traía Ella, era de grandísima importancia, pues la preparación para reci– birla y entenderla había sido de larga e intensiva dura– ción. Las niñas, plenamente gozosas con el anuncio que acababa de hacerles su "Angel", se desahogaron a gusto con él... Le habían contemplado muchas veces y sólo esto resultaba maravilloso, pero nunca habían podido tener una verdadera conversación con tan que– rido visitante. Ardían, por eso, en ganas de decirle y 18

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