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julio había sido un fraude hábilmente montado por ·conchita y sus cómplices. ¡,Por qué no se montarún mús "fraudes" así? Por– que experiencias como las que tuvieron los dos señores mencionados verdaderamente valen la pena. lln segundo· verano en Garabandal La jornada del 18 de juliodejó en Garahandal una verdadera efervescencia de comentarios y actitudes... del mús diverso signo. De nuevo remito a mi libro "Se fuc con prisas a la Montaña", 2ª Parte, cap. VI, págs. 409-414. Durante los últimos días del mes. de julio, y más aún a partir de los primeros del mes de agosto, fue creciendo el número de visitantes; y era normal que entre ellos llegasen algunos especialmente cualificados o distinguidos, que trataban de entender o valorar todo aquello. Cosa nada fácil, porque en Garabandal se ha palpado como en pocos otros sitios cuán "irrastrea– bfes" son los caminos del Señor (Rm 11,33). Los "sabios y entendidos" de este mundo ( Le IO, 21) quéda– ban allí reiteradamente desconcertados. Y menos mal, si sabían refugiarse en un discreto silencio... La que hemos llamado "dimensión eucarística" de Garabandal tuvo durante este verano de 1962 un espe– cial rel!eve. En las notas de D. Yalentín aparece frecuentemente el dato de que "en este día dice la niña, o dicen las 182