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Al lado de esta señora pudo contemplar a la que bajaba un Padre jesuita, profesor de la Universidad de Comillas y especialista en materias de espiritualidad. el P. Bra\'O:. sólo acertaba a repetir: "¡Que maravilla! ¡Qué maravilla!". La extática salió a la calle. y en torno a ella. un poco a lo bruto. se apretujó la gente: la flanqueaban, para protegerla. a un lado. su robusto hermano Miguel y al otro. el recio Pepe Díez. Al doblar una esquina. en plena calle. la niña cayó de rodillas. abrió la boca y sacó la lengua como para comulgar. y... Es indubitable. porque está asegurado y confir– mado por muchos testigos. que sobre la lengua de la niña. echada graciosamente hacia. fuera sobre el labio inferior. se vio por algún tiempo una blanca forma de comunión. Aunque era .de noche, la escena estaba con– Yenientemente iluminada por multit.ud de linternas; incluso pudieron sacarse unas fotos, que por ahí andan... Para, •algunos, el milagro resultó incuestionable desde el primer momento; para otros, especialmente para los que no estaban en primera línea de observa– ción. las dudas empezaron pronto, y no han acabado aún de disiparse. Después de la comunión, la niña empezó una mar– cha extática. cuya primera parada o "estación" fue en la Calleja. donde habían estado esperando ver el "mila- 175

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