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res del pueblo volvieron a estar en pleno servicio para que muchos encontraran descanso". El 18 de julio fue doblemente festivo: para los forasteros, porque esperaban ver algo maravilloso, según el anuncio de Conchita; para la gente del pueblo, porque era su "día grande" del año, la fiesta patronal de la parroquia. Bien entrada la mañana, hubo en la iglesia Misa Mayor, cantada, y oficiada por tres sacerdotes, según se hacía entonces, antes de los muchos cam~ios "conci– liares"... "Era hermoso dice el Sr. Navas ver tantas comuniones, especialmente de los muchos forasteros que habían llegado. Hubo necesidad. de fraccionar. repetidamente. las formas, para que a todos llegara siquiera una partecita". Las hon1s de aquella _¡'ornada pasaban muy lenta., mente ... Horas de ilusionada espera, por la mañana; horas de tensa espera, por la tarde... Y "a medida que el tiempo transcurría -dice el referido señor-, iba creciendo nuestro desasosiego, que alcanzó tensión de verdadera angustia cuando expiraba la tarde". "Achacábamos al baile que había en el pueblo (no olvidemos que era su fiesta) el motivo de aquel retraso -:-O tal vez supresión- del anunciado prodigio; y el tiempo se nos iba, haciendo mil conjeturas... Yo no podía olvidar lo ocurrido el 18 de octubre anterior... , y me dolía profundamente el que cayeran por tierra, quizá junto con la fe, los buenos propósitos de innume- 173

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