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"¡Oh! Aquello era horrible de ver. Nosotras estába– mos totalmente espantadas..'., y yo no encuentro pala– bras para explicar lo que veíamos". "Veíamos, por ejemplo, ríos que se convertían en sangre..., fuego que caía del cielo... Y algo mucho peor, que yo aún no puedo revelar". "El mensaje que dimos entonces, dice que no espe– ramos el Castigo, pero que, sin esperarlo, vendrá". "La Virgen pidió que todos se confesaran y comul– garan". No es mucho lo que supo decir la niña: pero sí bastante para que sepamos a qué atenernos y obremos en consecuencia (21 ). Sabemos que ante lo horrendo de lo que -estaban contemplando, las niñas pidieron a la Virgen que lle– vara con Ella a los niños (Loli y Jacinta tenían enton– ces· hermanos pequeños), para ahorrarles sufrimientos... Pero les dijo la Virgen que cuando llegara aquello, ya sus niños serían mayores. ¿Milagro eucarístico o sacrílego fraude? Después de dos "vigilias" como aquellas "noches de los gritos", podemos imagi.narnos cómo sería la fiesta del Corpus de 1962 en Garabandal... (21) Para un mejor conocimiento de lo que foeron aquellas "noches de los gritos" en Garabandal, \·éase i!le nuevo mi libw "Se fue con prisas a la Montaña". en el cap. I\' de la :!· 1 parte. púgs. 360-367. 168

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